¿ERES INCONFORMISTA? EL SÍNDROME DE INSATISFACCIÓN CRÓNICA PUEDE SER TU PROBLEMA

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El síndrome de insatisfacción crónica. Por Vivat, Psicólogos en Oviedo

 ¿Por qué no estás contento con tu vida?

Hay personas que nunca están contentas con su vida. Incluso aquellas que han alcanzado importantes logros vitales socialmente reconocidos. No pueden disfrutar de lo conseguido. Necesitan algo más. Esto, que desde un punto de vista psicológico puede denotar una personalidad proactiva y resultar positivo para incentivar el crecimiento personal, puede llegar a no serlo tanto. Ser inconformista te permite aspirar a nuevas metas en la vida. Pero también te puede impedir disfrutar de las alcanzadas. Por modestas que estas sean. Aquí entraría en juego lo que algunos llaman el síndrome de la insatisfacción crónica.

¿El inconformismo se cura con la edad?

Y no es cosa de edad. Igual que la adolescencia define una etapa vital en la que se carece de algo o se sufre alguna dolencia según la acepción principal acogida por la RAE, el adulto parecería que ya lo ha debido conseguir todo. Y no es así. Es cierto que la juventud se caracteriza por la aspiración a la superación de logros y asumir retos. Abrirse camino en la vida precisa de vigor y energía. Ese ímpetu, positivo e inspirador, es bueno en tanto que acicate para vivir con plenitud y crecer como persona. Y bueno es conservarlo, junto con la ilusión y el sentido del asombro o la curiosidad, como valores que aportan una perspectiva en positivo de la vida. El problema de la insatisfacción crónica como estado psíquico o emocional es otro.

En la mentalidad del inconfomista acérrimo un logro conseguido no merece mucha reflexión. Al menos, si no es para analizar el proceso de alcanzarlo como medio de ampliarlo o aspirar a otros objetivos. El insatisfecho permanente necesita proyectar todas sus facultades intelectivas y volitivas hacia el futuro. Un inconformista crónico es un ser que vive más en el mañana que en el hoy.

Es como un alpinista que en cuanto llega a una cima, en lugar de mirar alrededor y disfrutar de la vista, otea con ansiedad el horizonte en busca de montañas más altas o más bellas, para conquistar. Pues la cima conquistada se le aparece como insustancial o insatisfactoria y desmerecedora del esfuerzo empleado para alcanzarla.

Síntomas de la insatisfacción crónica

A pesar de su nomenclatura poco rigurosa el llamado síndrome de insatisfacción crónica define una realidad que aúna rasgos de personalidad, actitudes y emociones recurrentes fácilmente reconocibles. Buscar y encontrar motivo para queja en casi todo, aspirar a conseguir algo mejor a costa de descuidar lo ya logrado, pretender que esa felicidad tan huidiza que hemos diseñado se encuentra siempre uno o varios pasos más allá, entre otras. Cambiar de coche, de casa, de trabajo o de pareja puede ser la solución a todos nuestros problemas. O no.

El síndrome de Madame Bovary

Como conjunto de síntomas, este sentimiento de insatisfacción no puede identificarse necesariamente con un trastorno mental o psicológico con arreglo a la literatura científica más ortodoxa o a los manuales de autoridad. Es una figura más bien fruto de la sabiduría popular.

Sin embargo, como tantos otros pretendidos síndromes, los síntomas que lo definen son fácilmente reconocibles en determinados tipos de personalidad o individuos. Y es que alguna de estas denominaciones gozan de una tradición que hunde sus raices en la propia literatura, como el llamado Síndrome de Madame Bovary, propio de las relaciones de pareja. Un supuesto síndrome que se fundaría en mentalidades tendentes a la ensoñación o a la exaltación romántica, además de a la auto exigencia afectiva.

Los problemas de la insatisfacción son muy amplios. Y su enfoque psicológico también. Todos queremos más, decía la canción. La cuestión es cómo y por qué.  Porque esa insatisfacción es un estado connatural al hombre. En tanto que vivir supone necesariamente proyectar pensamientos y emociones hacia el futuro – entre ellas la esperanza – . Pero puede llegar a ser nociva en ciertos casos. Especialmente en aquellos generadores de pensamientos negativos recurrentes, germen de la depresión o de problemas de ansiedad más o menos agudos.

Como psicólogos en Oviedo y tras una larga trayectoria en psicológía clínica estamos acostumbrados a indagar en los sorprendentes y variados entresijos de la personalidad humana. Tan reacia a dejarse encajonar en taxonomías rígidas y categorías. Sin embargo, como parte de la terapia de crecimiento personal que puede impartir un psicólogo, creemos acertado hacer hincapié tanto en las metas como en los medios.

Saca provecho a lo que la vida te da

Disfrutar de la conquista, de la escalada o del rastreo forman parte esencial de la felicidad del seductor, el montañero o el cazador. Y saborear anticipadamente el objetivo buscado, también. Así como el disfrute retrospectivo, incluso de las dificultades encontradas en su consecución. Porque plantearse metas y tratar de superarse es positivo. Obsesionarse con su consecución o no saber gestionar la frustración cuando no se alcanzan, no.

La insatisfacción es un tema íntimamente ligado al bienestar. Un estado tan evanescente como el Nirvana. Un bienestar que un mundo tan acuciante y suejto a leyes de productividad, consumo y publicidad incisiva como el actual, exige con inmediatez. Pero que parece haber perdido la brújula para encontrar, al menos de forma estable. Y eso genera frustración. Porque es muy incómodo vivir siempre con esa sensación de que estaríamos mejor en otro sitio. O con otra gente. O haciendo otra cosa. Algo que, a veces puede ser cierto, y otras muchas no.

Para saber por qué no estás contento con tu vida y cómo llegar a estarlo contacta con Vivat, tus psicólogos en Oviedo. O llámanos al 647 616 404, lo que prefieras.