El bienestar de nuestros hijos merece especial atención puesto que son los padres o cuidadores quienes han de tomar la decisión de acudir a un psicólogo y así evaluar qué puede pasarle al menor.
Los niños no expresan normalmente con palabras aquello que les afecta o perturba, pero sí con gestos, comportamientos o cambios, como en la atención, alimentación, el sueño o el grado de rebeldía y desobediencia.
Es por ello, que consideramos fundamental conocer a fondo quien es nuestro hijo y cuál es el motivo que le ha llevado al cambio. Para ello, es fundamental ponernos en manos de un profesional que evalúe y haga entender a los padres qué ocurre y lo más importante, qué tratamiento y pautas han de seguir para eliminar el problema.
La mayoría de los niños presentan en alguna época dificultades o problemas de sueño, siendo los trastornos de sueño muy frecuentes en los niños. Pueden aparecer pesadillas, terrores nocturnos, que el niño se niegue a ir a dormir, dificultades para conciliar el sueño…
Tanto la pica (ingestión de sustancias que no son nutritivas: tierra, trozos de pared,etc.) como la rumiación (regurgitar a la boca la comida que se ha ingerido previamente y comenzar de nuevo a masticarla) son trastornos que aparecen típicamente en la infancia. También pueden aparecer episodios de anorexia o bulimia en niños.
Son aquellos cuadros cuya principal manifestación es alguna forma de tic. Un tic es un movimiento o una vocalización involuntarios, súbitos, rápidos, recurrentes, no rítmicos, estereotipados, espasmódicos y que no persigue ningún propósito.
Incluyen el Trastorno Autista, el Trastorno de Rett, el Trastorno Desintegrativo Infantil y el Síndrome de Asperger. El más conocido de ellos es el Autismo. Éste se caracteriza por una marcada alteración en el desarrollo general, que se manifiesta en una deficiente interacción y comunicación social, una alteración en el lenguaje y una restricción de las actividades y de los intereses que suelen ser repetitivas y estereotipadas.