¿POR QUÉ NO CUMPLIMOS LOS PROPÓSITOS DEL AÑO NUEVO?

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 Popósitos de año nuevo. Por Vivat, Psicólogos en Oviedo

 

¿Por qué no cumplimos los propósitos del año nuevo?

Empieza febrero y muchos de los propósitos de año nuevo se desvanecen como azucarillo en un café. Con el cambio de año es ya un tópico que aprovechemos para plantearnos retos y metas a cumplir en los próximos meses. Puede resultar manido, pero aunque el cambio de guarismo en el calendario sea una mera convención, la excusa es buena para hacerlo. O, al menos para intentarlo. Porque quienes albergan deseos de cambios en su vida, cualquier excusa es buena. Y esta lo es como cualquier otra.

Dando por bueno que proponerse objetivos, cambios o nuevos hábitos o rutinas no es algo banal; la clave es ser realista. Si no, la frustración, vendrá a añadirse al desasosiego de quien quiere cambiar su vida y no sabe cómo hacerlo. Los propósitos de año nuevo suelen coincidir con los desafíos del año anterior, y del  anterior y del otro…

No podemos evitar mencionar los típicos propósitos. Estos suelen ser perder peso, ir al gimnasio, dejar de fumar, aprender un idioma extranjero, ahorrar dinero, mejorar sus relaciones y limpiar su casa. Y alguno más. En psicología, a estos propósitos se les llama intentos autoiniciados de cambio de conducta.

Suele ser habitual empezar con fuerza, en estos caso. Y lo lógico es que se haya sido más o menos consciente de estos objetivos durante el primer mes. Pero es ahora en febrero cuando pasan su primera prueba de fuego. De hecho, el grado de constancia en los nuevos propósitos y su cumplimiento comienzan a disminuir.

Como gabinete de psicólogos en Oviedo tratamos con personas desde hace mucho tiempo. En muchos casos tenemos acceso – aunque sea limitado – a sus pensamientos más profundos, a sus aspiraciones e incluso a sus anhelos más íntimos. Como observadores clínicos podemos constatar la múltiple variedad de las personalidades y la sorprendente riqueza de la naturaleza humana. Y también el trasfondo común que nos convierte en semejantes. Con esa perspectiva, en una estadística informal podría afirmarse que, al menos, el 40% de los que se fijan una meta la mantendrán durante seis meses.

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Desde el punto de vista psicológico hay una serie de actitudes y pensamientos que no ayudan en absoluto. Por un lado, el pensamiento ilusorio: “creer que todo saldrá bien con solo desearlo” es contraproducente. No basta con mantener una actitud positiva en abstracto y despreocuparse de todo lo demás. Sin poner los medios necesarios en cuanto a acciones efectivas y cambios de actitud o de patrones de pensamiento los propósitos se verán abocados al fracaso.

Por otro lado, tampoco suele ayudar el sentimiento de culpa o criticarnos: decirnos a nosotros mismos “soy débil, no soy capaz, no tengo fuerza de voluntad”.  Lejos de servir de acicate estos reproches morales  solo nos hacen sentirnos peores.

Aunque quizá sea ya un poco tarde, sería interesante, hacerse una serie de preguntas antes de considerar las  resoluciones de Año Nuevo.

  • ¿Es esta una meta realista dadas mis circunstancias y situación actual? Tengo un niño de 6 meses y un niño de 2 años. Me gusta hacer ejercicio 2 horas al día y mi pareja trabaja por la tarde. Tal objetivo probablemente sería poco realista.
  • ¿Es un objetivo concreto y específico? Bajar de peso o perder 5 kilos no es lo mismo, por ejemplo.
  • ¿Cómo sabré que estoy consiguiendo mis retos y si estoy progresando?
  • ¿Qué obstáculos me puedo encontrar y cómo los evito o los supero?
  • ¿Estoy preparado para llevarlo a cabo?  Y si tropiezo, ¿para tratarme con compasión y cariño?

Existen varios factores y estrategias que nos ayudarán de manera más efectiva con estas preguntas.

  • La autoeficiencia. Es la confianza en tu capacidad para lograr lo que te propongas.
  • Sentirse en el momento perfecto. En otras palabras, estar listo para iniciar un cambio y estar listo para realizar este cambio incluye una fase de preparación.
  • Una estrategia clara para cambiar este comportamiento: es muy importante establecer objetivos específicos y alcanzables, como hacer ejercicio durante 30 minutos al día en lugar de hacer ejercicio todos los días. Perder 8 kilos no es lo mismo que un plan de pérdida de peso.
  • Planifica tus objetivos y conviértelos en proyectos. Por ejemplo, planeo cenar con mis amigos el próximo sábado. Alternativamente, si está demasiado ocupado con el trabajo para hacer ejercicio por la tarde, puedes levantarte 30 minutos antes y salir a caminar.
  • Establecer estrategias para evitar situaciones de riesgo. Si te gustan las pastelerías, evita pasar por allí.  si estamos dejando de fumar, no vayamos a los bares donde quedamos con conocidos, por lo menos al principio, hasta que nos veamos más fuertes.
  • Pon notas adhesivas con recordatorios.  Vi uno hace tiempo para las personas que querían perder peso y ponían un recordatorio en la nevera: “No tienes hambre sólo estás aburrido”; en el paquete de tabaco, poner otro: “Ya sólo fumas tres cigarros al día”. En el móvil, alarmas para andar…
  • Asociar hábitos relacionados. Es decir, asociar nuevos hábitos con hábitos ya  Por ejemplo, beber un litro de agua en el desayuno, hacer ejercicio antes de la cena, llamar a un amigo después del trabajo.
  • Compártelos con otras personas. Contarle tus objetivos a familiares y amigos es una excelente estrategia para obtener su   Además, será un extra de motivación para demostrarles que puedes lograrlo y sus ánimos serán fundamentales cuando tu determinación flaquee.
  • Hacer un registro diario o semanal para los retos que te proponemos. Por ejemplo, para el peso, pesarnos y anotarlo todas las semanas. En cuanto al ejercicio, escribe en tu diario cuánto hemos hecho de deporte cada día. Si dejas de fumar, anota los días que no fumó, o cuántos cigarrillos fumó si decidió dejar de hacerlo.
  • Prémiate. ¿Qué recompensas obtienes por alcanzar las metas semanales que te propones? Siempre es mejor a corto plazo porque aumenta el efecto de refuerzo y te anima a continuar con estos nuevos comportamientos.
  • No seamos tan duros con nosotros mismos. Algunos tropiezos son normales y eso no significa que no estemos dispuestos a hacerlo. O, si ayer no hiciste el deporte que tenías planeado, no hace falta que hagas el doble porque al día siguiente no podrás moverte de agujetas. Perdónate y permítete tropezar alguna vez.
  • Cuida tu salud mental. Para poder cumplir tu lista de propósitos de año nuevo debes disponer de una buena salud mental. Tener fuerza de voluntad o motivación no es suficiente si tienes algunas lagunas en tus emociones. Por este motivo, acudir al psicólogo para mejorar tus puntos débiles puede ser una buena apuesta para lograr cada uno de tus propósitos para año nuevo.

Si entre tus propósitos para este año figura cuidarte más y sientes que debes cuidar tu estado anímico, contacta con nosotros. Somos psicólogos en Oviedo especialistas en psicología clínica y desarrollo personal. Y estamos al alcance de una consulta.