CAMBIAR DE VIDA CAMBIANDO TUS HÁBITOS

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El hábito sí hace al monje

Permite afrontar los acontecimientos negativos y abordar los retos que se nos plantean así como desplegar nuestras capacidades y talentos para acercarnos al bienestar emocional o mantenernos en él.

Aquellas personas insatisfechas con algunos aspectos de su vida pueden mejorar o superar obstáculos ha través de un método simple pero eficaz. La construcción de nuevos hábitos. Modificar nuestros hábitos nos permite avanzar en ese proceso de desarrollo y superar fases de estancamiento. Porque sí es posible cambiar de vida cambiando tus hábitos.

Consejos para construir nuevos hábitos

1. No renuncies a intentar ningún cambio por considerarlo demasiado pequeño o insignificante.

Subir a casa caminando en lugar de usar el ascensor, aunque vivas en un primero, no supone aparentemente nada si quieres adelgazar. Pero es la puerta a otros hábitos que contribuirán a ello. Y esto vale para cualquier pequeña meta que nos planteemos. Estudiar un cuarto de hora al día para preparar una oposición es mejor que no estudiar nada. Y el hábito de estudio ya estará ahí si necesitamos ampliarlo.

2. Analiza todas tus pequeñas rutinas diarias y considera si puedes calificar cada una como buena, mala o simplemente neutra.

El tipo de alarma elegida para despertarte o el número y frecuencia de repeticiones programadas ya puede influir en el estado de ánimo.

3. Empieza por modificar los hábitos que resulten obviamente negativos, por pequeños que sean.

Consultar el smartphone antes de dormir o echarse más de un terrón de azúcar en el café son hábitos que podemos desechar sin demasiado esfuerzo, si somos constantes.

4. Plantéate qué nuevos hábitos te gustaría construir y empieza fijando un momento y un lugar para llevarlos a cabo.

Si quieres llamar a un familiar mayor diariamente, para que no se sienta sólo, elige un momento del día en que no estés cansado o estresado y fíjate un tiempo mínimo de conversación. Salir a correr o a caminar también requiere un tiempo o un lugar. Leer en el metro o el autobús mientras acudes al trabajo sería otro buen ejemplo.

5. Se inflexible en la repetición. Las rutinas no tienen por qué ser malas si se construyen sobre buenos hábitos.

Es la repetición la que hace de esos comportamientos positivos, pero difíciles de adquirir, algo que se realiza casi sin esfuerzo de la voluntad. Pueden costar al principio, luego ya no. Eso implica no fallar, salvo cuando sea imprescindible. Y recuperar el ritmo cuanto antes en caso de interrupción por alguna circunstancia excepcional.

6. Para favorecer la constancia, imponte una pequeña recompensa por cada repetición realizada.

Algo que te satisfaga por insignificante que sea y que incentive a tu cerebro para volver a repetir el buen hábito al día siguiente. Los psicólogos especialistas en terapia cognitivo-conductual conocen la fuerza del estímulo de una recompensa inmediata. Algo que está tan de moda en el mundo digital actual.

7. Procura entrelazar los hábitos positivos con otros también positivos o neutros.

Si sales a caminar todos los días antes de cenar y a menudo tomas una cena ligera a base de ensalada y yogur, asocia ambas actividades y conviértelas en el mismo hábito. O aprovecha para meditar sobre los acontecimientos del día siempre que bajes tirar la basura. O pon música para desayunar en lugar de la televisión, mientras haces tus ejercicios en casa.

Estos y otros consejos podrás encontrarlos en el nuevo libro “Hábitos atómicos” de James Clear, ed. Diana

En Vivat, como psicólogos en Oviedo desde hace muchos años, somos conscientes de la importancia de la construcción de hábitos para regenerarnos. A partir de esas pequeñas modificaciones nos preparamos para cambiar patrones mentales nocivos o que perjudican nuestra felicidad y la de los demás.

Los grandes cambios empiezan por pequeños gestos. Si quieres, puedes. Contacta con nosotros y visítanos en nuestra consulta en Oviedo sin compromiso. Podemos ayudarte a lograrlo.