Una aspiración tan vieja como el hombre. Huir de la decadencia y escapar a la senectud es el sueño dorado de la humanidad. Más aún que la inmortalidad, pues una vida inacabable carecería de sentido si sólo supusiera prolongar la vejez hasta el infinito.
La peor consecuencia de la pandemia actual, desde luego, es el fallecimiento de tantas personas. Y después de ella, el modo en que esto ocurre. La falta de acompañamiento familiar es cruel tanto para el enfermo como para los deudos.