¿APRENDER A PENSAR?

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Desentrañar e interpretar el modo en el que se desarrollan e interrelacionan nuestros procesos mentales constituye uno de los mayores retos de la moderna psicología.

¿Sabemos cómo pensamos? ¿Es posible aprender a pensar “correctamente”? Responder a estas preguntas parece un requisito indispensable antes de abordar otros problemas y del modo en que se respondan dependerán las bases sobre las que se asiente cualquier práctica terapéutica profesional.

La Psicología Cognitiva, es la rama de la psicología general que estudia los procesos a través de los cuales el individuo obtiene su conocimiento del mundo y toma conciencia del entorno que le rodea, así como los resultados de estos procesos. Está relacionada con otras disciplinas, que tienen por objeto aspectos como el tratamiento de la información, la inteligencia artificial o la ciencia del lenguaje.

¿Hasta qué punto nos pueden resultar útiles las respuestas ofrecidas por la psicología cognitiva?. A diferencia de otros psicólogos en Oviedo y el resto del Principado, adscritos a escuelas o concepciones más o menos rígidas, en Vivat Psicólogos somos partidarios de un enfoque integrativo de la psicología, y dependiendo del tipo de paciente y el problema que presente, utilizamos una combinación diferente de técnicas procedentes de los diferentes enfoques.

Dicho esto, para algunos el hecho de pensar parece inextricablemente unido a la capacidad de recordar. No obstante, desde los estudios de Bartlett se ha superado la concepción de la memoria como mero depósito o almacén para poner el énfasis en su faceta constructiva.

Esto implica considerar que la memoria utiliza esquemas para observar y clasificar la información, y  que su ejercicio en realidad supone un verdadero proceso de reinterpretación. De esta forma, la sucesiva reorganización de la experiencia en esquemas permitiría el desarrollo de la memoria y los eventos recordados serían reconstruidos de manera diferente en función de la aplicación de esos esquemas previos.

Otro de los grandes gigantes del estudio del desarrollo cognitivo, Piaget (1.896 – 1.980) abordó los problemas del pensamiento y la inteligencia.

En su concepción, las personas organizan su experiencia y conocimiento en esquemas cognitivos  a través de dos procesos: la asimilación y la  acomodación que va modificando a lo largo de su trayectoria vital, iniciándose  a partir de esquemas eminentemente sensoriales y motrices, donde el conocimiento aparece ligado a la acción directa, y evolucionando paulatinamente hacia esquemas basados en operaciones formales y niveles de abstracción cada vez más desligados de las experiencias inmediatas.

El auge de las teorías de la información, la comunicación, la teoría general de sistemas y el desarrollo de la lógica formal aplicada a la computación en los años 70, tuvo una gran influencia en la psicología general y en el desarrollo de su rama cognitiva. Bajo estos puntos de vista se deja de concebir al individuo como sujeto pasivo de los estímulos ambientales y mero reactor ante los mismos y pasa a ser considerado un constructor activo de su propia experiencia al convertirse en procesador activo de la información que recibe.

Para responder a la pregunta de cómo pensamos se proponen cuatro categorías generales de proceso cognitivos: atención (selectividad asimilativa de los estímulos), codificación (representación simbólica de la información), almacenamiento (retención de la información) y recuperación (utilización de la información almacenada).

A partir de ahí se plantea la existencia de tres estructuras cognitivas: receptor sensorial (recibe la información interna y externa), una memoria a corto plazo (que ofrece a corto plazo la información seleccionada) y una memoria a largo plazo (que ofrece una retención permanente de la información), sobre ellas se construiría nuestro modo de pensar.

Y al final de todo ¿sabemos pensar? ¿podemos aprender a hacerlo mejor? Después de más de 15 años de ejercicio como psicóloga en Oviedo es difícil decirlo. Contribuir a ello es nuestro empeño.

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