Por norma general, en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido preocupados por algún hecho que nos ha trastornado el día a día. La preocupación ocasional por ciertas circunstancias o acontecimientos es totalmente normal.
Ser emocionalmente más fuertes no está relacionado con la fortaleza física. Más bien, con la habilidad de encarar altibajos, asumir desafíos con confianza, tener una mente flexible… Es una herramienta muy valiosa que todos deberíamos desarrollar para tener una mejor calidad de vida.